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Sidecar URAL
18-01-2013
Tenemos un sidecar Ural en nuestro local para: bodas, eventos especiales, productoras. Ponte en contacto con nosotros.
Ural: la marca que sobrevivió a dos guerras-
Son un recuerdo de la Segunda Guerra Mundia pero, pese a todo, se mantienen en forma y recorriendo millones de kilómetros cada año. Lo suyo no es la tecnología punta ni las prestaciones rabiosas pero derrochan estilo, personalidad e historia y cuentan con miles de fans en los cinco continentes. La marca Ural -nacida en la extinta Unión Soviética y orgullo del régimen comunista- ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos fabricando los sidecars más peculiares del mundo...
A finales de abril de 1945 las tropas rusas rodean Berlín. Las tropas y vehículos soviéticos avanzan inexorablemente, calle por calle, y la caída de la capital del Reich es inminente. Los pocos defensores de la otrora poderosa Werhmacht que resisten entre los escombros -muchos de ellos niños y ancianos sin apenas instrucción, reclutados a última hora y enviados directamente a morir enrolados en las funestas “Volksturm”- pueden ya oír perfectamente el rugido de los motores de las divisiones blindadas del Ejército Rojo acercándose hacia ellos. Cuando -finalmente- las primeras unidades soviéticas doblan la esquina y se muestran ante sus asustados ojos, al frente de los carros T-34 y de los lanzacohetes Katiusha los alemanes reconocen una imagen y un sonido familiares: ¡los rusos están entrando en Berlín con motos BMW R71!
Y es que, efectivamente, aquellas motos se parecían mucho... pero mucho... a las mismas BMW del ejército alemán que tantas veces habían visto en los noticiarios de la UFA recorrer orgullosas las arenas del desierto libio o las carreteras francesas.
Alto secreto
Existe la creencia generalizada de que las Ural son fruto del “saqueo” de las fábricas alemanas que siguió a la ocupación del antiguo III Reich. Y aunque la confiscación de instalaciones alemanas y su traslado a la Unión Soviética fue una realidad en muchos ámbitos -las industrias aeroespaciales rusa y americana, por ejemplo, se aprovecharon de buena parte de los estudios nazis en materia de cohetería- en el caso que nos ocupa, las BMW R71 que “inspiraron” a Ural habían llegado a Moscú mucho antes del 45.
De hecho mucho antes incluso del estallido de la guerra y fueron proporcionadas... ¡¡¡por el propio gobierno alemán!!!
Los historiadores no se ponen de acuerdo, sin embargo, en el cómo llegaron las -en aquel momento- joyas de las fuerzas motorizadas ligeras de asalto de la “Blitzkrieg” a manos del ejército de Stalin.
Hay dos versiones: una dice que en 1940, tras la guerra Ruso-Finlandesa, los militares soviéticos fueron conscientes de la necesidad de equipar a su ejército con motos modernas y sus espías lograron hacerse en secreto con cinco unidades BMW en la neutral Suecia y pasarlas a Rusia donde las copiaron hasta el último tornillo.
Otra versión -la más verosímil- dice que las motos, así como otros vehículos germanos en los que estaba interesado Stalin -el primer modelo de Opel Kadett, por ejemplo, que fue producido en la URSS con el nombre de “Moskvitch 400”- fueron un “detalle de buena voluntad” de los alemanes a los rusos tras la firma del acuerdo Ribbentrop-Molotov de no agresión entre el Reich y la Unión Soviética. Sea como sea, el caso es que al empezar la Segunda Guerra Mundial los soviéticos disponían ya de una ingente cantidad de motos Ural R-72 listas para entrar en combate. Las unidades se fabricaban en un pequeño pueblo llamado Irbit, en los Montes Urales, en unas instalaciones de acceso restringido y fuera del radio de acción de los bombarderos alemanes.
Perestroika
Nada más terminar la guerra el gobierno soviético ya tuvo claro que, más temprano que tarde, se vería en la necesidad de proporcionar un medio de transporte más o menos accesible a los ciudadanos que el Estado dictaminara que tenían derecho a éste. Las Ural -como todo vehículo a motor particular en la Rusia socialista- eran un lujo prácticamente restringido a las clases funcionariales del partido. En aquel momento resultaba extraordinariamente complicado -en realidad una labor de años- conseguir la autorización pertinente para hacerse con una. Aún así, en 1950 se abrió una planta en Ucrania para la fabricación de modelos específicos de uso militar y la fabrica de Irbit empezó a construir motos para uso civil, hasta una cifra de 30.000 unidades. En la medida que el Kremlin abrió poco a poco la mano con los permisos, las Ural se hicieron cada vez más populares... hasta que en los años sesenta la planta ya abandonó la producción militar.
Antes que eso, en 1953, las primeras Ural ya habían comenzado a exportarse a países de la órbita socialista primero... hasta ir poco a poco incluso pasando el Telón de Acero y llegar a los mercados capitalistas en los que las motos soviéticas se convirtieron en una exótica pieza de coleccionista.
Las Ural rápidamente se ganaron la reputación de ser virtualmente irrompibles. En noviembre de 1992, coincidiendo con los tiempos de la Perestroika, la fábrica dejó de ser propiedad del Estado y se privatizó convirtiéndose en la Ural Russian Motorcycles.
La marca había sobrevivido a dos guerras: la Mundial y la Fría.
Comenzaba otra menos sangrienta pero igual de implacable: la comercial.
¿Podría la indestructible moto del Ejército Rojo, la moto que había derrotado a Hitler, sobrevivir a esta otra?
Fotos de 'Ural: la marca que sobrevivió a dos guerras'
Por: Gonzalo de Martorell
Director de contenidos de Motofan
Publicado el 11/01/2013